lunes, 30 de abril de 2007

DAMA DE AGUA


tu alma tiene la desnudez del manantial,
mujer, fuente de mi vida,
Dama líquida y mi gamo del viento,
confidente de lunas y cuna de astros.
Diamante preñado de luz,
nido y pozo de estrellas y sortilegios.

Tu eres la reina enredada en mi,
coronada con la danza del insecto que te visita,
y que hace de tus espejos aros concéntricos.
Hecha luz, tu aura me trae tus violines.

Te adoro cuando versas tu deseo
tembloroso de salida líquida,
tus labios me derraman notas
que se vienen a ensortijar a mi
y que alcanzan su medida
en la caja de resonancia de mi pecho,
estuche de tus notas,
que te canta tus ausencias en triste sostenido.

Tu líquida sonrisa es púa trémula que tantea mi alma,
y es alegría de mis venas.
Déjame ascender las escalas de tu cuerpo
hasta la piel en re mayor de tus labios.
Mi dama Venérea de belleza
que anhela el cristal del cielo
¡río de alocadas gotas!
¡mi agua dormida en el viento!
Quiero pasear ascendente y descendente
por los pentagramas de tus brazos
y recoger de tu lengua los sostenidos como violetas.

Tu lluvia es cabellera musical,
lino en el aire humedecido.
Rumor de una dama enamorada del éter,
y cúpula cambiante donde curiosea mi iris,
mientras acarician el vals de tu cintura
los tenores de mis dedos.


Pepe Martín.

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