lunes, 30 de abril de 2007

TU RÁFAGA DE AMOR


Royal Philarmonic Or..>



Hoy voy a ser tu viento para irme a ti como si fuera nube,
un aliento ardiente que se enganche a tu pelo de tritones.
Me tendrás frente a ti en el espejo, imperceptible,
justo a tu espalda me arrastraré por tu cuerpo.

Voy a ser ráfaga tendida de amor y de fuego
que rompa y derrita las fronteras de tu seguridad.
El enemigo es la distancia que quiere separarnos
por eso me repto por tu espalda haciéndome uno con tu piel.

Si miras al frente, me tienes aunque no me ves,
lánzame tus manos temblorosas como ramas hambrientas
segura de que encuentras la carne que te aprieta,
y no delimites zonas para que no respete tus fronteras.

No, no soy tu sombra sino un aliento congelado en amor.
Entre tú y yo está el vidrio donde escribo mis lágrimas
dejándole adheridos mis labios explosivos
para poder deslizarme beso a beso por tu piel receptiva.

Sé que eres débil en el cuello, porque desde ahí te incendias.
Sé que tus hombros son bosques donde beber tus manantiales.
Sé que tu espalda es el río y cauce de mi lengua.
Sé que tu cintura es el cráter donde te inhumo en aire rojo.

Siénteme descender en el sudor de tu deseo contraída y desesperada,
como ola caliente y saliva de tu carne demandante.
Siénteme sazonarte diente a diente tus papilas.
Siénteme lloverme rama de agua ígnea poro a poro.

La distancia es el espejo en que se empaña la tristeza,
pero es tanto el cariño que tengo, que es la llama que lo seca.
sólo hay que apartar el vidrio y su fantasma de kilómetros,
y la carne queda expuesta frente a frente, tu espejo y mi espejo
para jugar y anudar las fuerzas que incendian sus secretos
porque son la fragua donde se forja el placer acompasadamente

Pepe Martín

MI CARNE LOBA


Scarborough_Fair.mp3



Corre mi savia un calor callado…
como de primavera adelantada,
y tengo mi extensión alborotada,
y el sexo siento desasosegado…

Hay duendes en mis venas que las prenden
talándome las ramas reposadas,
y cómo cauterizan sus pisadas,
y el aire con sofocos cómo hienden.

Cual carne de cordero tiemblas loca
al ver mi enfebrecida carne loba
que mata, muerde, besa, canta y roba
retorciendo tu líbido en mi boca.

¿Es mi vista? ¿tu olor? la carne abierta
que me hace alimaña en ti ensañada.
Dar rosas a la bestia mal piensada
es dar gusto al molar y hambre cubierta.

Mas, ¡vive Dios que todo fue una trampa!
creció tu desnudez de pura luna
transformando a la fiera en ovejuna,
y a la oveja en loba que en mí alampa.

Pepe Martín.

BESO


Richard Clayderman -..>



Observa nuestra boca
que tiene sed y hambre de la otra.
Tu boca es el parto absoluto
del alfa y la omega.
Tus labios son el jugo rosado incandescente
donde pastan las chispas de tus brillos.

No hallarás amor con más empuje
sobre las velas de tu corazón
que el viento que mueve este mío.
Te orientes como te orientes,
siempre vas a encontrarte
con este amor mío en exceso.

No me mezquines tu beso
o me quedaré sin labios
arrastrando mi boca por el aire,
buscando la fragancia de un beso
para morder sus plumas.
Unamos estos dos fuegos purpurinos,
hablamos de unos labios trabados
entre ambos en mordiente,
de una rosa y un capullo lastimados,
de tus comisuras trabadas a las mías
abrasadas diente a diente…
En tu entrega loca cumples mis ruegos,
y pones calor llameante en mis arterias
para fundir mis nieves.
Cuando mis labios tropiecen con los tuyos,
no mezquines tu beso.
Deja que la pasión cante y revolotee
como la alondra encelada.
Deja esa puerta abierta para que pase el viento de tu alma,
la muerte y la vida de tu beso.

Dame el tacto de tus labios
que tengo el paladar predispuesto.
Mitad de granada de esta otra
que se corona en rubíes por mis encías.
Y congrega toda nuestra savia
por el filo de los labios,
y desata la tempestad ansiosa
donde naufraga toda duda
para que el volcán de la sangre se bañe embrujada
en la cóncava gruta de las bocas.

Pepe Martín

COMO CIEGO PERDIDO Y SALVADO


en la púa de tu tacto se alegran mis venas
pues me siento guitarra en redoble de muerte,
muerte callada y dolorosa de tu ausencia.
En tu tacto cibernético se alegra mi pecho
como ciego perdido y salvado del vacío.

Escucha por mis letras, caja de resonancia de mi pecho
que dan ley a sus signos y aumentan su armonía.
Escúchame rumiando mi deseo tembloroso
en la tortura de esta herida abierta
prendida, hecha una brasa viva.
Y no puedo asaltarte vehemente
aunque la nota de este amor distante
goza de los mejores ecos.

En la arena de mi pecho tengo el salitre de tu lágrima
derramada en nuestras doce en idilio en punto.
La sinfonía azul de tus ojos
ha creado en mí el nácar de una aurora
y ahora mi riada es tan brava
que arrastra a los océanos a nuestras felices horas.
No hay arco tan grande abierto hasta tu piel,
ni llave más ajustada a la puerta de la vida.
A tus pies se arrastran todas mis defensas.
No hay carta más marcada que la mía para ganarte,
ni rosa que perfume con su sangre para hacerte mía.
No hay un querer más hondo y largo,
tu amor es un fermento que sobrepasa mi existencia..
Y yo, que por ti llevo mi amor colgado
como una mochila cargada de astros,
con pájaros de silencio largo
porque la palabra traiciona,
anhelando tu boca misericordiosa
y la todopoderosa flor de tu risa fácil.

Al recordar tu ausencia se me avinagra la sangre,
el dolor se me descompone en escalas inmisericordes.

Esta noche me lamió el PC. con tu llegada salvaje
que lo arrolla todo,
y el insomnio no me dará tu olvido.
Cuando expire y muera la pantalla
como un broche de plata diluido,
algo de ti quedará en mi muerte.

Pepe Martín

JUEGOS DE AMOR


MP3


Los juegos de amor brillan a la luz de la luna
con sonrisas en clave de sol.
Los corazones frente a frente laten sobre sí
con rumor de flauta y arrumacos,
y se ensartan en caricias como un collar de granates.

Se huele la miel de la demanda
y los juncos del deseo.
Los ojos bajan los visillos de su sueño de delirio,
y los brazos buscan la armadura del exceso
para elevarla en suspenso por las venas y las nubes.

Los juegos de amor ríen en la sombra,
pero el hambre de los labios se delata.
Las manos se crispan en vuelos de ameno gesto
atando dos cuerpos en uno sólo.
y los senos se pungen henchidos de lujuria.
Se acaricia la piel para que ascienda fina
con temblores de susurros y suspiros.

Los ojos titilan sus anillos de estrellas
en bellas imágenes inéditas envidiadas.
La mirada , espejo de deseos,
es entregada en bandeja de ilusiones
como un lago sonámbulo
que se desliza por el filo de los sueños
de la desnudez absoluta.

La piel se almibara para la lengua
y se tortura entre los dientes.
La boca baila por la pie
lenardecida en su horizonte,
mientras el pecho es potro de suplicio
que exhala su placer en chorros de plumón.

Los vientres se enredan como raíces en las sombras,
suben y descienden como ala de pluma
mientras temblores de ola y espuma
se desatan por la carne.
Se descorren los bronces del pudor,
la prudencia, la decencia y la cordura
para ahogarse en los sexos
ahora atravesados con espada de fuego
en círculos de espasmos
y penumbras de éxtasis.

Los juegos de amor arden en su luna
que se inventa agreste y florecida,
en explosión de vida aleteante.

Pepe Martín

TU VERSO ES ÁNGEL


Vanessa Mae - Classi..>



Con razón tu verso es ángel y alma de la palabra,
su fragancia se pare en tus labios
y se te escapa en el viento
para atarme y desatarme el jazmín de la sonrisa.
El mío deposita en ti mi aroma intenso, acariciante,
un aire de agonía dulce, ardido e inflamado
para que se haga ascua entre tu carne perdurable,
en ti, que eres tan solemne como una grave música.

Eres mi crepúsculo turbado de sonrojos,
mi atardecer de inmensa violeta sangrante.
Una tibieza de almíbar que fermenta,
nos tiene estremecidos como espigas,
ardiendo separados, a fuego lento
como dos leños enramados en la sangre
en querella de venas y gemidos,
o batalla de luciérnagas y peces.

Tengo un fuego que habita en tu pecho cada hora,
inquilino en él, como un ocupa.
Y yo te encuentro por mi pecho atravesada
mientras soy derretido por el brasero de mi mente.
Soy, como una muralla caída por tu ausencia
y alzada en la paz de tu llegada.

Eres la llama trémula que incendia con sus manos
las cuatro esquinas de mi cuerpo.
Como una luna circundas mis cielos y mi tierra
mujer, eres la mina perfecta
que desgrana sus centésimas de oro por mis ingles
hasta que nuestros corazones quedan tendidos
en cenizas por los dos creadas.

Pepe Martín

SILENCIOSO TE QUIERO


Un silencioso ¡te quiero!
vive entre nosotros,
lo siento revoloteando, mariposa de tu primavera,
como una sonrisa en clave de sol.
Un silencioso ¡te quiero!
no herido de palabras
viaja nuestra sombra y le pone luz.
Lo que yo te di y tú me has entregado
es como una mariposa de cristal
que nos nació libre y es traviesa, en sostenido vital
por las amapolas de nuestra sangre.
Él conoce instintivo la fiebre
de mi sangre y sus escalas,
y que tus desnudos encantos
me están en sintonía.
Él es alba que descorre
los cerrojos de nuestra noche
haciéndose columna
y pedestal de nuestro día,
y bálsamo del dolor en las ausencias.
Nos ha desposado un ¡te quiero! mudo
en nuestra mutua entrega,
y su larva habla del hambre entre los dos.
Amor con amor se pagay su hecho
es el oro febril y consaguineo,
por las hojas de los besos y su melodía.
Nunca más solos tú y yo
con un ¡te quiero!
sin palabras entre ambos,
enamorado de amarse revoloteante
en el consistente mundo que ha creado entre los dos.
Como luz armónica nos roza los labios
entregado y musical en su silencio.
Pepe Martín.

UN INCENDIO PARA MÍ


Ascension.mp3



¡Un incendio para mí!,
¡que sus brasas derrame por mi cuerpo
para poder abrasarme!

Quisiera hoy ser luz en tus oscuros.
Por tus ángulos más nobles
quiero plantar claridades.

Hoy bebo las albahacas de tu cuerpo.
Hoy quiero ser tu dueño desbocado
por apremio de mis carnes.

Quiero vestir mi grupa con tu asiento,
las cinchas de tus brazos
con tu silla de diamantes.

Entre juncos de deseo,
voy a escribir tus páginas en blanco
con un cuchillo de sangre.

Me has pegado tu chispa de agonía
derritiéndome los hielos,
mis dolencias y cristales.

Deambulo por tu cuerpo tacto a tacto,
dándole yesca a tu estopa
pa que te incendie la sangre.

Emboscado entre dientes yo te avivo,
voy buscando las crestas de tu incendio,
mis fuerzas son las del aire
que se curva, retuerce y se doblega,
cuando te arrastro la boca,
por las hierbas de tu talle.

¡Déjame entrar, mujer
vengo a quemarme en tus soles,
y a bañar en tu oleaje
mi amor alto como un geiser.
Qué fasto y diamantino tu arco iris
une tus nalgas de jaspe.

¡Un incendio para mí!
¡Que sus brasas derrame por mi cuerpo
para poder abrazarme!


Pepe Martín

FURTIVO EN TU ARTERIA


02-AudioTrack 02.mp3


Sentí en mi pecho hueco
la marcha fúnebre de tu addío…
Hoy estoy hambriento
del contralto apasionado de tu voz.

Te perdió mi mirada donde eras tangible,
y mi oído tu rumor de flauta apasionado,
hoy te veo luminosa en la distancia
y me inflama tu esencia.
Hoy quiero cabalgar tus recuerdos
para que sean fragua de mi mirada
y darte una forma consistente.
Acariciarte sin manos
y darles tacto a mis palabras,
Besarte sin boca
y hacer de mi estrofa unos labios.
Pintarte un “Claro de Luna”
con susurros al oído.
Contemplarte sin halo en noche oscura
y adornar con perlas de luna tu cuello
y vestirte en sus aros de plata.
Naufragado en la niebla de tu ausencia
besarte en el velero de mis versos.
Perdida el alma en tu partida
ganar con el ángel de tu voz la gloria eterna
aun quemándome los pies en el infierno.

Quisiera ser furtivo en tu arteria
para beber su contenido rojo,
arriarme en la corriente de tu sangre
donde tu fuego me queme,
donde pulule mi vida enardecida
hasta el atolón de tu lengua
de silencios en “Para Elisa”
y alegrías en “Cuatro Estaciones”.
Quiero que mi presencia
de sonidos enervantes
ascienda las escalas de tu cuerpo.


Pepe Martín.

TU PIEL


Era - Without Horiso..>



Atada a tu espera,
muerdes en tu ombligo
la soledad alerta tras las ruinas del pudor
mientras amas mi cuerpo no sanguíneo.

Como esfinge expectante
aguardas que mi carne se abra al horizonte,
tu estrella de amor electrónica de venas ardientes.
Cubren tu entorno solitario
los lienzos del silencio,
tu belleza inquieta
y el agua de lluvia del mundo y sus susurros.
Solitaria y entregada
te envenenas de tu atlante
que es el aspid que exalta tus deseos.

Tu torso desnudo,
hermoso hasta el dolor,
abre sus senos ofreciéndose
en flor de paraíso
a la faz que una pantalla desenreda.

Tu cuerpo acechante, de leona en celo
y uñas retraídas siempre alerta,
levanta su vuelo de palabras
y se enrosca en mis oídos.
Y yo que te veo adorante desde mi pléyade
deseo el sacrificio;
y tú, ardiente sosiego,
te prestas al encuentro ciclado.

Sufro la distancia de ser astro sin tocar mi esfinge
aunque te baño en los rayos nocturnos
de un e-mail perdido en besos de placer,
violadores de tu carne ofrendada
entre delicados rugidos,
y del santuario del que eres vigía
que es rey de tu cama impura
desgranada en los bips
donde se abre tu piel de miel.


Pepe Martín.

NO ENMUDEZCAS


Era - Infinity Ocean..>



Porque te amo fieramente,
me aparecí a ti un poco diablillo…
No fies demasiado de otros cielos
que no sean los tuyos.

Llevo en mis ojos y garganta lluvias
de mi pasión contenida
que ha conseguido empaparte el alma
y lamerte la piel.
Tengo la boca seca de celo hirviente,
la siento como mojama sin tu saliva,
como rescoldo y ceniza de mi deseo
que me tala pudores y te busca.

Tú eres mía y yo soy tuyo
en un amor que aprisiona hasta el entorno,
secante de tu sangre y de tus tintas.

Te quiero desprendida y dadivosa
con toda tu piel puesta entre mis uñas.
No enmudezcas tus sentidos
y dame la espada afilada y lenta de tu aliento
que se me haga surcos por la espalda.
Para que así nuestra alegría
tenga nuestras risas cumplidas y al completo.

Pepe Martín

APUNTALADO


Era - Era.mp3



Ya tengo tu alegría y me mantiene
imperial, ya soy dueño de mi vida,
vertical a mi sombra y su caída,
vencedor del dolor que ya no viene.

La muerte de otro tiempo no me tiene,
su sombra está a mis pies desfallecida,
me dejaste ganar esta partida
y ahora me hace ángulo y sostiene.

Pero no es sólo mía esta crecida,
que al largo de mis fuerzas tú sujetas.
Mi apuntalado amor ahora te debo.

Lo mío ya no es mío si no anida
tu vida que me hace tan concretas
gloria, y eternidad que en tu alma bebo.

Pepe Martín

LAS UVAS DE SUS LABIOS


A.Ventura - Hotel Ca..>



Qué lástima que su alma
ya no tome los vidrios de otros ojos
que hieran las uvas de sus labios para el beso.
Que su mirada no se agite con palmeras de vida.
Que en sus pestañas ya no vuele el alborozo.
Que ardiente de flor y llama el labio,
ya no tiemble en la luna del querer.

Qué lástima que la luz de su aurora ya no es oro
que reluce hecha medalla.
Que la mente orgullosa se haga hielo
y en el alma se le hagan lunas su rosario,
La muerden semillas de leguas hoy distantes
que se hacen daño en la nostalgia.

Qué lástima que el corazón ya no se encienda,
como hizo noche tras noche.
Un tumulto de venas de estampida
llevó su corriente caliente y alterada,
y se mordió en la fiebre de su sangre
un diablillo sediento y galopador
que le puso un rosal en sus mejillas.

Ahora, su tristeza de blanco
hace vendas de sus sábanas,
y la pena que ciega sus ojos
busca luces en el alma.

Qué lástima que su corazón dolorido se hizo cuajo
de siete estoques de amores.
Una médula de odio le pone en el pecho tumbas.
Qué lástima que la bóveda de la noche
ya no suba sus rasos negros estrellados para amores
y sólo se queda en túmulo.

Pepe Martín.

ABANDONO


Marrinello Orchestra..>



Hace ya un siglo perdía la existencia
cuando supe que al fin me abandonabas…
de repente perdí el ave de mi vida,
no huida, porque tú te la llevabas.
Ya no hay leña y mi carne ya no arde,
que no la atizan las llamas de tus palmas.
¿Y qué hice yo tendido en esos linos
que acumuló tu escarcha por mi cama?
en mi alma negra no quedaron lunas,
y si quedaron mil sombras las borraban.

Tu recuerdo mucho tiempo me hizo señas
se escondió por las columnas de mi alma,
por el lomo de mis sierras no llegaron
caracolas nacaradas de tus albas.
Me envolvió el raso negro de la noche
sin los astros que tu presencia le daba

Sécate, pues, con poder y con dinero
el llanto amargo que moja tus espaldas,
porque yo no tengo aldaba en mi puerta,
ni tengo mirilla, ni tu llave encaja.

Ya te olvidaron mi sangre y mis venas,
los rincones de mi cuerpo y mi piel blanca,
te olvidó mi amor a la fuerza sordo.
Tú, de tu mano quedaste suicidada
y lentamente de mí te has acabado
como se agota el aliento en la garganta.

He cercado mi cama de alambre espino,
con mi yunta haré la calle de tu marcha,
la sembré de bravas pitas y cicuta
“pa” que tu bestia se muera envenenada.

Me he raspado la mente dolorosa,
he planchado las arrugas de mi alma,
de mi corazón roto surcí el sancajo
y estrangulé mi sentir en su palabra.

Y me he muerto envenenado con mi llanto,
y he pasado un secador por mis pestañas,
en mis ingles he clavado siete astillas
y mis ansias con un gancho de matanza.


Pepe Martín.

DAMA DE AGUA


tu alma tiene la desnudez del manantial,
mujer, fuente de mi vida,
Dama líquida y mi gamo del viento,
confidente de lunas y cuna de astros.
Diamante preñado de luz,
nido y pozo de estrellas y sortilegios.

Tu eres la reina enredada en mi,
coronada con la danza del insecto que te visita,
y que hace de tus espejos aros concéntricos.
Hecha luz, tu aura me trae tus violines.

Te adoro cuando versas tu deseo
tembloroso de salida líquida,
tus labios me derraman notas
que se vienen a ensortijar a mi
y que alcanzan su medida
en la caja de resonancia de mi pecho,
estuche de tus notas,
que te canta tus ausencias en triste sostenido.

Tu líquida sonrisa es púa trémula que tantea mi alma,
y es alegría de mis venas.
Déjame ascender las escalas de tu cuerpo
hasta la piel en re mayor de tus labios.
Mi dama Venérea de belleza
que anhela el cristal del cielo
¡río de alocadas gotas!
¡mi agua dormida en el viento!
Quiero pasear ascendente y descendente
por los pentagramas de tus brazos
y recoger de tu lengua los sostenidos como violetas.

Tu lluvia es cabellera musical,
lino en el aire humedecido.
Rumor de una dama enamorada del éter,
y cúpula cambiante donde curiosea mi iris,
mientras acarician el vals de tu cintura
los tenores de mis dedos.


Pepe Martín.

BAY, BAY...


GuitarraTriste.wma



Me dices que tus lirios se abren cuando lees mis poemas.
Oh, Dios,
reenséñame la llama que mueve a la vida a esos pétalos,
el lenguaje de esas manos vegetales lanzadas en el aire,
que desplacen su aroma hasta mí
para que cubran el viento polar de mi vejez..

Bay, bay juventud explosiva
y despreocupada en su sufrir amoroso.
No ves que yo soy jilguero viejo que ya no canta celo
pero luce sus canciones de memoria,
¡Qué he de hacer si no me queda otra!

Yo me llamé Eros y del Párbulo tenía los ojos y las alas,
ahora me queda a penas su verbo, pero agónico.
Cuando hay mucho fuego todo lo arrebata,
pero todo combustible se agota
y el fuego perece en las propias cenizas.

Bay, bay islita bella de mi juventud, de mi deseo,
me retiro de tus cristales transparentes,
yo talé tus campos y ahora te erosionas conmigo.
Me retiro de ti como pira ardiente,
como cadáver inmolado a Eros
flotando en el mar de mi llanto.
Sólo me quedan las palabras
chispazos del otrora incendio.

Bay, bay sembrados de tierna juventud embravecida.
Oh Dios infante,
me podaste el amor y me dejaste el rescoldo.
Los juveniles tallos,
mis reliquias de amor,
por la laguna enramada de mi mente
piden socorro contra el olvido,
y sólo puedo tenderles mi flotador
de fantasías inconsistentes.

Bay, bay pieles de hermosura y tacto firme.
Solo me quedáis vosotras,
tentaciones de viejo imposible,
porque mis ojos no entienden de edades
y sí de la belleza.

Me siento como un niño con carnes de plomo
a quien castigaran a ver el Paraíso y no tocarlo,
y vivo fingiendo no observar lo que tanto codicio
cubierto con la máscara honorable de mis años,
soslayando la arena movediza de mis tentaciones.

Bay, bay, me alejo de ti juventud, pero no te olvido.

Pepe Martín.

MEA CULPA


Robert Miles - Fable..>


Vade retro, mujer, vade retro
porque tú eres el tropel de demonios
que galopa por mis venas
y esta red de tentaciones
con que tú, araña, me enredas.

Que me eche el fuego encima.
Me pides, Dios, que me queme
y que me aguante la pena,
es tu castigo severo Señor;
pero la tentación me ha llegado
hasta los centros y ahí me late,
y con ella este ahogo y esta nube
que me nubla la razón.

Mea culpa Dómini mei,
pero me arrastra la carne
a donde encuentre su respuesta,
y esta fatiga que tengo
que me vuela por la boca,
y este halo de pasión
que los pulmones me estalla,
y este rigor mortis
que cuando la beso se va,
y este pecho licuado
por la pena de no oírla,
y este morderme la lengua
que me dictan las entrañas,
y este grito por mi espalda
pidiéndome que la abrace,
y ese cisne de su vientre
en el lago de mi cama,
y este ardor de su saliva
que por los poros me entra,
y este versar entre dientes
con rumor de río oscuro,
y este sudor que me perlan
mis ansias de diamantes.

Mea culpa Domini mei,
mea culpa, soy culpable,
de ser quien ocupa el túmulo
que hay en mi pecho
del que ella es anima mea,
de este ácido en mi boca
cuando veo que se va,
de este deseo de piel
que el corazón me bombea,
de ese dolor de cuchillos
que mis pulmones exhalan,
de este temblor en mi lengua
que me dictan las entrañas,
de este colarme en su pecho
para bucear su carne,
en el arrecife de sus arterias
busco el calor de su sangre.

Mea culpa Señor, soy culpable
por no hacer caso a mi conciencia
cuando sus rosas me atraparon
sin poderlo ni quererlo remediar.
La tentación me ha llegado
hasta los centros y ahí me late
y con ella este ahogo y esta nube
que me nubla la razón.


Pepe Martín