lunes, 9 de abril de 2007

NO IMPORTA QUE NO TE VEA


Hijo de la luna


No importa, no importa que no te vea,
me basta sentir tu presencia
aunque algo muy dentro me desgarra
porque te quiero entera.

Ambos pasamos las noches en vela, lejanos,
con los ojos como agujas
para no quedar dormidos.
¡Ven! Salgamos a por nuestros claveles
y clavémoslos en nuestra cintura.
Te busco en el reloj a ciertas horas,
te demando como un bálsamo embrujado
que lubrica mi pasión incontrolada
para adentrarme en lo más profundo de tu pozo.

¡Mi vida!, como una cebolla pierdo mis capas
y me dejas un corazón con veinte años.
Mi pasión intenta meterte los dedos en el corazón
para que se derrame tu vaso contenido.

Te sé intocable, pero en mi delirio
te siento resbalar por mis yemas hambrientas.
Olfateo en la distancia tu celo de loba,
te sigo la pista en el viento para dar contigo.
¡Ven! Salgamos a por nuestros claveles
y clavémoslos en nuestra cintura.

Me diste a ver tus embrujados ojos
y en mi pecho siento su maleficio.
Me tienes en la distancia maniatado¡araña mía!,
¡ven! ¡ven a mí!,
¿no ves con qué impaciencia espero ser devorado?
Tus palabras me desnudan en el centro del PC.
y te digo: ¡Haz de mi lo que quieras!

Cuando llegas a mí en el Messenger
se me callan las hojas del cuerpo expectantes.
Tu silencio me embeleza y tu letra me enajena..
y me llega tu labia dominante a colarse bajo mi tejado
para retirar mi colcha y deshacer mi cama.
¡Ven! Salgamos a por nuestros claveles
y clavémoslos en nuestra cintura.

Te quiero viento cálido en las ramas de mis venas,
te quiero ardilla para que hagas tu nido en mi entraña,
te quiero oficiante en el templo de pasión de mi sexo,
Dame ya la muerte lenta, inacabada, que me da tu carne,
dame la llama que encienda esta bujía temblorosa
que arde por ti en mi alma,
Te quiero dentro de mí,
invisible como la energía que me mueve el cuerpo
¡Ven! Salgamos a por nuestros claveles
y clavémoslos en nuestra cintura.
Pepe Martín

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