lunes, 2 de abril de 2007

TE QUIERO POR MUJER ¡MUJER!

Tema Principal: Tal como éramos.


Te quiero por mujer, ¡mujer!
por mi urgencia interna por tu ser,
mi alma tengo en desamparo
y aislado sin ti me encuentro
en un limbo de soledad
cercado de este mundo con sus lobos.

Sin ti,
sin la flor de tu vientre se resiente el mundo.
En tu seno el hombre se concreta,
se hace líquido polen
y se hace espiga.
En ti,
se multiplica de costilla en costilla
en forma de humanidad,
polvo del mundo.
Tu vientre es casi eternidad presente
hecha hijo.

Eres espejo de mi ser,
dualidad de mi hombría,
bálsamo de mi piel y elixir de mi vida,
mi cervatillo perdido en la soledad del amado.
Desnúdame con tus manos de mar hechas sueño.
Diluye mi carne entre la tuya
y hazme renacer en Horus.
Deja que tu alma se funda con la mía
en un brote solar.
Tu morena tez tan amada de sol
es mi humus de amor,
la abonada tierra que se adhiere ami sangre
con su fiera pasión de enredadera
ante el placer de sembrarte a que respondo.
Tu vientre es ancla del buque de la vida.

Tú, mi ondulada curva,
mi ola acariciante,
sinuosa linea de narcótica visión,
eres mi cristal delicado, apasionado.
Y al viento de mi presencia,
la pasión se te hace trémula brisa
entre las hojas de tus labios.

El espejo redondo de tu piel de luna
ardiente y luminosa,
hace de mi noche ciega casa plateada.
En tu seno se despejan las dudas
y se abren los caminos del futuro.

Tus brazos extiendes
como palmera abriendo en oasis
el delicado tinte de la flor de tu cuerpo,
Tú, que calmas mi sed.
Tú, tan absorvente como la misma duna
para el líquido amor de tu hombre.
Tu seno es la ostra
que acuna el jazmín de mi hombría
para hacerla perla.

Tus cabellos son rayos
danzando en el bosque,
pequeños Eros como luciérnagas,
oro solar travieso de amanecer.

Tu llanto se licua en tristeza de nube,
eres delicada, llorosa
y a veces fría como la nieve,
como la nieve lloras a tu sol de primavera,
pero el gong de tus lágrimas es fuente que da vida.
De tu llanto y mi alegría eclosiona el arco iris.

Tu pasión atesora inconstancia de viento,
torbellino huracanado en tus amores
y revuelos de la maga primavera.
En tu seno se despereza la luz del universo,
se aclaran los misterios,
se refugia la vida.

Cautelosa y tímida como la torcaz,
vanidosa como el ave lira.
Tu andar es suave como el aliento de la mañana
que juega con el plumon de los cisnes.
Tu seno es la mina sagrada
del oro vivo del mundo.

Tu corazón tiene dos pétalos;
uno de magnolia y otro de diamante,
tu amor es dulce
como el blanco de sus pétalos
que se mancha a un simple tacto,
pero en temible desamor eres garra de tigre.

Tu boca es cáliz que se desborda en palabras,
se escancia tu risa en campanas de plata,
tu alegría alborota, trina y juega como pajarillo.
Tú firmas en el cielo con el mejor de los luceros
hija de Venus.

Cuando enamoras eres linde entre vida y muerte,
playa lamida y cresta de ola
compañera y consuelo del hombre,
o tumba de la nada hecha odio.
Tu hermosura se viste con la estelada noche,
musa del poeta.

No dejes esta casa en ruinas,
no dejes mi raiz descubieta,
no dejes mi mayo florido expuesto a la hoguera,
ni me hagas tocón mutilado en la rivera,
ni dejes mi fertil gavilla tirada en la vereda,
ni mi líquido polen convertido en "era".

Pepe Martín


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