Tarrega_Recuerdos_de_la_Alhambra.rmiPulsa la mano suave, con caricias
de amante que mima una melena,
su estuche de canoras bocas canta
a la vida, a muerte y primaveras.
Se retuercen en celo las clavijas
en carro de metal y de fiereza,
torturando a la música divina
que se viste de acorde por sus venas.
Vibra el bordón su nota grave y sorda,
doblar de una campana que está en pena,
haciendo relinchar sus entorchados
en mástil de dolor y de condena.
Orquesta tu esplendor, trino escarchado,
nocturna ave que encantas las parejas,
canta a mis noches lunas de oro blanco,
de aquelarres, de amores y de fiesta.
Canta el pájaro vivo de la prima
sobre la rama negra de madera
que se posa en el nido de su caja
porque quiere trinar su primavera.
Amor bebido en besos generosos,
armónico al oído tú aleteas,
guitarra que das sed a secos labios,
tu viento arranca de otros labios sedas.
Pepe Martín
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