en la escala declinante de un adiós,
su riada se llevó mis puentes y álamos
y la pluma perdió mi corazón.
Pero llegaste tú, oh tú, sonora de caricias
Pero llegaste tú, oh tú, sonora de caricias
y así fue armonizado nuestro amor.
Probé la miel amarga de una rosa,
Probé la miel amarga de una rosa,
pero escuché los violines de tu flor.
Hiciste pentagramas de mis venas
y así fue armonizado nuestro amor.
De tu vientre partió el ave más hermosa,
De tu vientre partió el ave más hermosa,
de mi viento los silbidos atrapó,
jugamos a hacer nidos con las hojas
y así fue armonizado nuestro amor.
Acercaste a mí el templado acorde de tu vientre
Acercaste a mí el templado acorde de tu vientre
y tiré mi ancla pesado como un peñón,
te deshiciste música en mi alma
y así fue armonizado nuestro amor.
Mordieron mis manos el piano de tu piel
Mordieron mis manos el piano de tu piel
y como un ciego, exquisito, te saboreó,
palpé todas tus felicidades y comarcas
todas tus grutas y montes musicales
y así fue armonizado nuestro amor.
Pepe Martín
Pepe Martín
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